PENSANDO EN VIDEOS DE HUMOR, DE CACHONDEO, DE BORMA Y HUMORÍSTICOS
Desde que era niño, siempre he sido un gran fanático del humor. Ya sea a través de películas, series de televisión, monólogos o videos en línea, siempre he disfrutado de una buena dosis de risas y entretenimiento. Sin embargo, hubo un día en particular que marcó un antes y un después en mi forma de apreciar el humor: el día que dejé de oler pegamento y descubrí La Hora Chanante.
El inicio de una adicción al pegamento
Antes de entrar en detalles sobre mi descubrimiento de La Hora Chanante, es importante mencionar mi adicción al pegamento. Cuando era adolescente, solía pasar horas en mi habitación inhalando el fuerte olor de este producto químico. Al principio, lo hacía solo por curiosidad y por el “subidón” que me daba, pero pronto se convirtió en una necesidad diaria.
Por desgracia, mi adicción al pegamento tuvo consecuencias en mi salud y en mi vida social. Empecé a tener problemas respiratorios y mis amigos me evitaban por el olor que desprendía. Sin embargo, no podía dejarlo, era mi única forma de escapar de la realidad y sentirme bien por un momento.
El descubrimiento de La Hora Chanante
Un día, mientras buscaba vídeos en línea para pasar el rato, me topé con un canal de YouTube llamado “La Hora Chanante”. Sin saber de qué se trataba, decidí darle una oportunidad y ver uno de sus videos. Desde el primer momento, supe que había encontrado algo especial.
La Hora Chanante era un programa de televisión español que se emitía en la cadena Paramount Comedy (ahora conocida como Comedy Central). Su estilo era una mezcla de sketches, parodias, imitaciones y humor absurdo que me atrapó desde el primer momento. Lo mejor de todo era que no necesitaba pegamento para reírme, este programa era mi nueva droga.
La influencia de La Hora Chanante en mi sentido del humor
A partir de ese día, me convertí en un fiel seguidor de La Hora Chanante. Veía todos sus episodios, compartía sus videos con mis amigos y me aprendía sus chistes de memoria. Pero lo más importante, dejé de oler pegamento.
La Hora Chanante me enseñó que el humor puede ser inteligente, creativo y original. Me hizo reír sin necesidad de recurrir a sustancias tóxicas y me abrió las puertas a un mundo de comedia diferente al que estaba acostumbrado. Además, también me ayudó a mejorar mi español, ya que muchas de sus bromas y referencias eran culturales y lingüísticas.
El legado de La Hora Chanante
Aunque La Hora Chanante se emitió por última vez en 2006, su legado sigue vivo en la actualidad. Sus creadores, Joaquín Reyes, Ernesto Sevilla y compañía, han seguido trabajando juntos en otros proyectos como Muchachada Nui, Museo Coconut y Venga Monjas. Además, su estilo de humor ha influenciado a toda una generación de cómicos españoles y ha dejado huella en la cultura popular.
En resumen, el día que dejé de oler pegamento fue el mismo día que descubrí La Hora Chanante, un programa de humor que me cambió la vida. Gracias a él, aprendí a reírme de mí mismo, a apreciar el humor inteligente y a dejar atrás una adicción destructiva. Sin duda, una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida.